Bolaños Defiende la Reforma Judicial: "No Afecta a la Independencia" y Condena los Ataques a Sánchez
La reforma judicial propuesta por el Gobierno ha generado un intenso debate en España, con fuertes críticas por parte de la judicatura y la oposición. La manifestación de jueces y fiscales del pasado sábado evidenció la magnitud de la preocupación, con miles de personas tomando las calles para expresar su rechazo a los cambios propuestos. Ante esta situación, el ministro Bolaños ha decidido tomar la iniciativa para defender la posición del Ejecutivo y contrarrestar la narrativa negativa.
Bolaños ha insistido en que la reforma judicial se ha diseñado cuidadosamente para fortalecer, no debilitar, la independencia del poder judicial. Ha explicado que las medidas propuestas buscan modernizar el sistema judicial, mejorar su eficiencia y garantizar su imparcialidad. "No hay ningún tipo de intención de afectar a la independencia judicial. Al contrario, buscamos reforzarla", declaró el ministro.
En un giro estratégico, Bolaños ha decidido centrar parte de su discurso en la condena de los insultos y ataques personales dirigidos al Presidente Sánchez. Ha calificado estos ataques como "inaceptables" y ha pedido a todos los actores políticos y sociales que los rechacen. "No podemos permitir que el debate político se convierta en una excusa para la descalificación y el insulto", afirmó.
El Gobierno ha reiterado su compromiso de seguir adelante con la reforma judicial, aunque ha mostrado su disposición a dialogar y a escuchar las propuestas de la oposición y de la judicatura. Bolaños ha señalado que el Ejecutivo está abierto a realizar ajustes en la propuesta, siempre y cuando no se ponga en riesgo los objetivos fundamentales de la reforma: modernizar el sistema judicial, garantizar su independencia y fortalecer el estado de derecho. La reforma, según el ministro, es necesaria para afrontar los retos del siglo XXI y para garantizar una justicia más rápida, eficiente y accesible para todos los ciudadanos.
El debate sobre la reforma judicial está lejos de concluir. La oposición ha prometido seguir presionando al Gobierno para que retire o modifique la propuesta. La judicatura, por su parte, ha advertido que no se quedará de brazos cruzados y que seguirá defendiendo su independencia. El futuro de la reforma judicial es incierto, pero una cosa es segura: el debate seguirá siendo central en la agenda política española.